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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Comencemos con un poco de historia...







El origen del bagel es desconocido, aunque existen referencias datadas en 1683 que sitúan su origen en Europa Central, cuando un panadero de Cracovia elaboró el alimento y lo ofreció como regalo al rey de Polonia Juan III Sobieski para celebrar su triunfo sobre los turcos. Su elaboración se realizó en forma de estribo como homenaje a la caballería, por lo que se le dio la palabra "Beugal" (estribo) para nombrarlo. (véase: Historia del pan).


Posteriormente, el alimento se popularizó entre la comunidad judía a mediados del siglo XIX, cuando panaderías de Londres comenzaron a comercializarlos regularmente en tres unidades. Posteriormente, la emigración a América del Norte de ciudadanos europeos y judíos favoreció la implantación del alimento y su comercialización.

El bagel (o a veces también beigel; en Yiddish בײגל beygl) es un pan elaborado tradicionalmente de harina de trigo y que suele tener un agujero en el centro. Antes de ser horneado se cocina en agua brevemente, dando como resultado un pan denso con una cubierta exterior ligeramente crujiente.
La masa a menudo se saborea con diferentes productos tales como sal, cebolla, ajo, huevo, pumpernickel, centeno. Existen algunas variedades no tan tradicionales como: tomate, salvado, queso, comino y muesli, entre otros. Los bagels pueden estar cubiertos de semillas de sésamo o adormidera, cebollas o ajossecos, sal gruesa, o de todo al mismo tiempo (en inglés "everything bagels", bagels con todo).

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